miércoles, 9 de septiembre de 2020

 Todo aquello que tú crees y le repites a tu mente, la mente lo toma como una orden.  Lo que le dices a la mente subconsciente, la mente lo hace. Para el subconsciente no hay bromas, solo hay órdenes. Si tú dices: “me voy a enfermar”, eso la mente lo toma como una orden y al tiempo te enfermas. Lo mismo: si dices “estoy mal”, la mente lo toma como una orden y hace que te sientas mal. Un hombre decía que a los 60 años moriría víctima de un infarto. El hombre lo decía y realmente lo creía. Al día siguiente de su cumpleaños numero 60, tuvo un infarto y falleció.  Así que la pregunta es: ¿Qué ordenes le estás dando a tu mente? Si dices “la situación está cada vez peor”, la mente busca razones para justificar que la situación de verdad está peor. Si dices

: “no puedo”, es una orden: no puedes. La mente es poderosa. Lo que realmente crees, la mente lo cumple. Si dices “yo me voy a levantar a las 5 de la mañana” y realmente lo quieres, con alarma o sin alarma, la mente lo cumple: a esa hora te levanta. Si dices “yo voy a vender”, la mente busca las formas y vende. El problema es cuando tu dejas que la gente te contagie de su pesimismo. Cuando te dicen que tu no vas a poder, que la crisis, que el gobierno, que la inseguridad, que la economía, y bla bla, te llenan de temores e inseguridades. Crees en eso y eso se cumple. Es como una mujer que siempre se andaba cuidando de que no le roben. Si tomaba un taxi desconfiaba del taxista. Si iba por cierta calle, iba con miedo. Siempre andaba pensando que le iban a robar. Y adivina: LE ROBABAN. Sus temores se cumplían y luego ella misma decía: “¿ya ves? Yo decía que había que cuidarse por los robos.” 

Dale a tu mente ordenes positivas, creencias de poder: “Mi economía está mejorando”, “yo voy a vender”, “yo soy libre”, “Yo puedo”, “yo soy capaz”, “el dinero viene a mí”, “todo lo que compro me regresa multiplicado”, “Mi salud es buena y soy fuerte.” Tus diálogos internos son más importantes que el dinero que hay en tus bolsillos porque lo que te dices a ti mismo, eso es lo que crees y eso es lo que sucede. La mente es la caja de mando. Recuerda la lección que dice: “Quien habla del bien, del bien se nutre”.

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